domingo, 24 de julio de 2011
jueves, 16 de junio de 2011
miércoles, 25 de mayo de 2011
De mis insulsas divagaciones
Cuando tus "hubieras" dependen de alguien más, duelen más que cuando están en tus manos, pienso. Pero cuando siguen dependiendo, lo haces notar, y se ignoran, duelen más. Me imagino que es por cosas como la confianza en la persona que depositaste los "hubieras".
Llego a la conclusión de que cuando la gente cree que obra bien, no hace más.
Yo soy de esos que necesita un traguito de frialdad para decir lo que no le parece.
Un clásico: cuando alguien quiere hacer o le gusta algo, en serio se nota.
Un clásico: cuando alguien quiere hacer o le gusta algo, en serio se nota.
Necesito un trabajo temporal...
miércoles, 18 de mayo de 2011
Largo y tendido
Empieza mi último periodo de vacaciones de tres meses, y con él, muchísimo tiempo libre. Así que, aprovechando que la película que estoy viendo se está cargando porque mi internét repentinamente falló (no suele ser tan lento) escribiré algunas reflexiones significantes en cierta medida para mí, del día de hoy.
Creo que fue hasta hoy que comprendí lo placentero que me resulta platicar con personas que, simplemente, no incluyen en su vocabulario las groserías. Creo que no es coincidencia que ambas personas sean mujeres y que yo tenga tanta aversión por las altisonantes en sus labios (pinche machista misógino conservadorete de mierda).
Pero no son sólo personas que no las acostumbran ni las dicen repentinamente, sino simplemente, nunca las he notado necesarias en su vocabulario. Se expresan fluido y sin que se asome en su plática la necesidad de semejantes expresiones, ni tampoco son de las que suelen quedarse en el ridículo limbo que existe entre decir un fragmento y omitirla para que "no se oiga tan feo", o cosas así. Simplemente, no las dicen.
Pude notar como sentía comodidad y hasta cierto encanto. Pero creo que fue hasta hoy que lo noté, ya que tuve contacto general sólo con tres personas (las tres mujeres). Una en mi curso para aprobar la materia que adeudo, que las dice muy poco y (considero yo) muy adecuadamente. Las otras dos fueron por pláticas incidentales, ambas "largas y tendidas". Así fue como, llegando a mi casa, noté lo cómodo que me sentía de recordar lo platicado, no sólo por que fueran asuntos agradables o sencillos, sino por lo ya recalcado, el lenguaje.
A estas alturas no es un misterio que yo las ocupo y me siento plácido así. Sin embargo, creo que detalles como los de hoy me ayudan a recordar un poco cómo era, porque sí, yo las adapté muy tardía y muy torpemente a mi vocabulario, precisamente porque no las quería hacer necesarias. Sin embargo, todo cae por su propio peso y ni tardo ni perezoso, y acepto, por total influencia externa, las incluí y sigo sintiéndome bien hablando así.
Después de esto, podrían tacharme de santurrón, sensibilero, incluso hipócrita o misógino machista, como ya mencioné. Sí, puede ser.
Aún con todo, recalco, con detalles cómo los de hoy, es placentero recordar.
Sin más, me retiro a ver algunos minutos posteriores de la cinta, y después con mi novia. Salebai.
jueves, 21 de abril de 2011
Bien dicho
Bien compusimos esa frase mi hermana y yo hace algún tiempo: "si hay algo infinito en este mundo es la basura; la basura y los trastes sucios".
¡Putos trastes sucios, dejen de hacer miserable mi vida lavándolos!
¡Putos trastes sucios, dejen de hacer miserable mi vida lavándolos!
Efímero
Me pasa que no supero cada uno de los detalles que tengo bien grabados en mi cabeza; todo lo que le concierne.
No me puede causar celos nadie más, porque con él tengo para enfermar mi hígado, para ahogarme en mis líquidos biliares.
Me pasa que hasta ese "Iuuuu, el novio 'recuarteador' de Mich", lo tengo perfectamente anotado; o cuando hiciste el reply "dile que no se azote, que la vida no es tan mala", no lo olvido. Tu desapego, tu falta de explicación a aquel conflictivo "Dejen de eso, #DosDeAbril.", me sigue desgastando; sólo dijiste "tengo que dejar de expresarme así...", y eso, eso no logró tranquilizarme nada, porque yo no espero que dejes de ser como eres, sino que me dijeras que no se refería a él. Sucede que recuerdo tan nitidamente la forma en cómo lo estalqueabas, en cómo te causaba incertidumbre, congoja, el encontrarlo de nuevo, el saber que seguía ahí. Espero que todos los verbos que conjugo en pasado participio estén bien.
Saber que está cerca de ti, me encoleriza, me consume, me hace rabiar de impotencia.
Me dijiste que ya tenía tiempo de la "última vez que lo intentaron", y me consoló. Quiero entender y comprender cuando me dices que "ya pasó", pero las muestras implícitas que me das de que aun no, valen mucho, mucho más que el sólo decirme "sólo estás tú"; y valen más porque son posteriores a esa "última vez que lo intentaron". Si se nubla un poco tu recuerdo con las "muestras implícitas" de que hablo encontrarás algunas en el segundo párrafo. Y son muchos, son muchos más detalles, y los sé discriminar, sé cuáles son a razón suya, y cuáles son por otra cosa. Porque eres obvia, porque te conozco, porque se nota. Lo estalqueo porque tú lo haces menesteroso para mí, para confirmar cuando haces mención de él, y no dejarlo a mi intuyente y estúpida paranoia.
A mí me tiene sin cuidado quién es o lo que haga, y lo sabes, yo no tenía interés ni siquiera en memorizar su nombre. Pero tú lo hiciste necesario, tú y tus muestras de recuerdo, de casi invisible apego.
No quiero redundar, pero es inevitable, porque también pareciera que tú redundas en las cosas que has hecho o que hemos logrado para "que eso pase"; y repentinamente se renueva, por llamarlo de algún modo, y volvemos o vuelves a lograr "que eso pase". Como cuando empezamos a estar juntos, cuando nos besábamos como si nuestros labios se fueran a acabar, como cuando hemos ido caminando en la calle y todas las veces que me has dicho que "eso ya pasó".
Saber que contactaste a la chica con la que lo compartiste, y la que más mella hizo en ustedes, y que hablaron y arreglaron noséqué madres me confundió. ¿No ya había pasado? ¿No ese asunto ya "se cocía a parte"? Entonces, ¿te caía bien o te caía mal? Nunca te pregunto de nada por miedo a oír algo que no quiera oír. Es una indiferencia que me acongoja. Y es una muestra más, y de las más grandes, con las que me haces notar que, quiera o no, sigue ahí. Y no, no confundamos, no me causa mayor problema que hables con quien quieras (qué no sea él, obviamente).
Si, sí hay pendejitos que me hacen cagar en la hostia con lo que te dicen, pero cualquiera de esos lamehuevos me tienen sin cuidado, porque ahí sí estoy totalmente seguro que me prefieres y me quieres a mí.
Y cuando menos noto, lo que sé de él, y que pienso que está bien, lo intento imitar, para que no te vayas, para que no lo prefieras, para que, aunque me digas que ya se fue, yo acabe de sacarlo, porque ya es obvio que no te creo. A veces concluyo en que 'sacarlo' de ti es mucho para mis inútiles cualidades o intentos.
Tal vez yo sólo sea el estado de sopor para un nuevo arrebato suyo. Sólo sea yo el que ayude a limar asperezas, a olvidar, o hacer recordar con un poco menos dolor, y continuar lo (bueno o malo) que tenían. Tal vez, aunque yo no quiera, sólo represente eso.
Tal vez me esté dando importancia de más.
Tal vez hasta yo soy momentáneo...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)