lunes, 13 de diciembre de 2010

Labios en llamas

Mientras pretendo encontrar un inicio ideal, vienes a mi mente...

Tu cuello ya es una de mis mas recientes adicciones. Tu boca, que toda en conjunto repone y deshace mis labios muy a su modo. Tus caderas, simplemente no puedo soltar y dejar de sentir, acariciar, besar; sabes que son mi entretenimiento, mi pasatiempo favorito cuando nos querernos. He aprendido a descifrar tus ojos y cada uno de los gestos que sólo ellos me muestran; no pienso describir ni compartirlos con nadie más, quiero ser egoísta y saber que sólo eres para mí, porque nadie más entiende esos detalles que yo sí. Y ver tu rostro sorprendido de que, sin que te dieras cuenta, ya conozco más detalles de los que voluntariamente me has querido mostrar. Nunca vas a entender el efecto que tiene en mi escuchar tu voz muy aguda, suspirar y decir "Te quiero" entes de mi nombre o una bonita analogía de cuánto o cómo. Sé que ni aun todas las descripciones, por más elaboradas y esmeradas que pudiera hacer van a lograr manifestar todo lo que, en totalidad me haces sentir, el mundo al que me transportas. Porque ese mundo, esas sensaciones, no se escriben; se viven... las vivo.

Hoy es el día. Ese día por el que trabajamos incansablemente ambos, para aceptar, reconocer y lo más importante, de verdad vivir este sentimiento, que según yo, es el que mueve TODO.

Estoy tan ansioso como la primera vez que viniste a mi casa, en ese interminable preludio para poderte besar. Pero esto es aun más importante. Esto es lo que confirma que haber estado juntos, es bonito y nos gusta, diciéndolo del modo más sencillo. Porque para mí no es bonito ni me gusta; para mí, los momentos que estoy contigo lo son todo. Es por lo que desespero y corro, por lo que cuento las horas antes de poder ir a tu encuentro a seguirnos demostrando esto que crece y crece.

Ven, mi niña, vamos a continuar esto, vamos a seguir con nuestras manos entrelazadas, esa muestra tan simple para toda la gente pero que siempre sirvió como un detalle que nos une cada vez más. Donde demostramos tantas cosas, que nadie más que nosotros podría entender.

No queda más que aceptar que tú eres mi realidad, que no sólo ocupas esa parte de la cabeza destinada al amor, ocupas toda mi cabeza. Me has encantado, me has enamorado al grado de empezar a desaparecer a toda la demás gente y solo irme limitando, poco a poco a ti, y me gusta. Tienes un noséqué que me tiene muy adicto a ti, de un modo muy bonito, de ese modo tan nuestro. No te voy  decir que tienes mi corazón, porque no lo tienes, tú lo eres, eres mi corazón, mi niña.

Y cuando menos me doy cuenta ya empieza a hacerse un poco tarde para ir a besarte contigo y si hay un mal hábito que principalmente tú me has quitado es el de ser impuntual.

Desde lo más profundo y más sincero de mí, ya no solo te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario